Con una pandemia global y órdenes de quedarse en casa cuidando de nuestras vidas, es comprensible que la preocupación por nuestra apariencia haya disminuido. De un solo golpe, pasamos de lucir lo mejor posible a diario a usar la misma camisa sport por tercera vez esta semana.
No te preocupes, soy igual de culpable.
Siempre optimista, llegué a la conclusión de que si quería mantener un cierto sentido de identidad, debería continuar haciendo lo que me vuelve cuerdo. Durante las últimas 6 semanas durante la cuarentena, todos los viernes, mi trabajo ha organizado una “hora feliz” a travez de Zoom.
Para ser claros, no lo estoy haciendo para mantener mi contacto social. Disfrazarse el viernes me ha traído un toque de normalidad a mi vida que nunca pensé que daría por sentado. Me habían quitado una rutina que me ayudó a comenzar mi día con confianza y, para ser honesto, me sentí raro sin ella.
Vestirme de nuevo también me ha permitido utilizar mejor mi armario. Cada semana, me desafié a mí mismo para combinar ropa diferente que de otra manera no hubiera usado juntas. Ha sido refrescante y animo a otros a que lo prueben.