sensores alimentarios

¿Qué hay en mi comida? Sensores alimentarios

Si nunca has escuchado sobre los sensores alimentarios no te preocupes. Aquí abordamos el tema para que sepas de que trata.

La dieta mexicana es algo a lo que se podría referir como una “bendición mixta”. A cambio de la abundancia y la comodidad, hemos comprometido la calidad de los alimentos.

Ya sea por el procesamiento, el envasado, los conservantes o la larga historia de modificaciones genéticas provocadas por la agricultura y el monocultivo, los alimentos actuales no siempre ofrecen un equilibrio de nutrientes y vitaminas adecuado que es indispensable para mantener una buena salud.

Alimentos con nutrientes y vitaminas

Los resultados de esto también son claros en la sociedad moderna, con afecciones metabólicas como la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, los derrames cerebrales y el cáncer en aumento en todo el mundo.

Los costos sanitarios anuales asociados por la falta de vitaminas y nutrientes ascienden a miles de millones, lo que supone una carga tanto para los contribuyentes como para los sistemas de salud, que están escasos de dinero.

Y aunque los fabricantes de alimentos están obligados a indicar lo que contienen sus productos y definir su valor nutricional en cifras claras, los estudios han demostrado que las etiquetas nutricionales pueden ser inexactas hasta en un 20%.

Los menús de los restaurantes adolecen de discrepancias similares, y los organismos reguladores gubernamentales son igualmente ineficaces porque tampoco tienen los recursos necesarios para comprobar la exactitud de todas las etiquetas de los alimentos.

 Sensores alimentarios para ayudar a elegir mejor

Por suerte, existe una solución impulsada por el mercado que adopta la forma de sensores alimentarios personalizados.

Ya sean escáneres de mano, pequeños parches o dispositivos similares a un aparato, estos nuevos sensores ofrecen la posibilidad de escanear los alimentos que compramos, saber con precisión lo que contienen, controlar si se estropean y, básicamente, tomar decisiones más saludables sobre lo que comemos.

revisión de alimentos

En el otro extremo, se ha avanzado mucho en el desarrollo de sensores diminutos y desechables que pueden controlar el deterioro de los alimentos.

Por ejemplo, un grupo de científicos de una Universidad extranjera acaba de crear un nuevo sensor comestible fabricado con seda y pan de oro que vigila los alimentos para saber si están frescos, evitando las conjeturas de las fechas de caducidad.

En definitiva, aunque esta idea sobre los sensores alimentarios parece ser buena comprendemos que quizá todavía te cueste trabajo creer de su existencia.

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